Semana Temántica Oriental - Crónica de Shanghai

¡Hola danzarines! Como os prometí que haría una crónica de mi viaje a China he decidido dedicar una semana temática a ese lejano país. Os hablaré de mi experiencia allí, os enseñaré algunas fotitos y también compartiré con vosotros mi reciente interés por la literatura ambientada allí. Por último, habrá una pequeña sorpresita. 

La primera ciudad que visité fue Shanghai. Mi primera impresión al salir del aeropuerto fue que me había metido en una sauna, un calor muy muy húmedo, pegajoso y pesado que hacía hasta difícil respirar. Mi definición de "calor" después de esta experiencia ha cambiado, lo llegué a pasar mal. Aparentemente este clima sólo lo tienen en verano. No hacía un sol radiante sino generalmente una ligera bruma blanca, nos dijeron que era contaminación. 

Lo segundo que me llamó la atención fue lo caótico de su tráfico. La ciudad está llena de carreteras elevadas de varios pisos bastante impresionantes. Me pareció una ciudad dificilísima para que un extranjero se mueva por su cuenta.  Es inmensa con 6.000 kilómetros cuadrados y 23 millones de habitantes. El taxi me pareció la única opción. Andar a cualquier lado me parecía muy difícil, ya no por las distancias, sino porque intentar cruzar cualquier carretera (no te digo ya estas enormes) era como un suicidio. No paran ni en los semáforos a menos que pase una marabunta de gente que bloquee la calle (que sucede), sino  que como mucho te sortean. Consejo: la mejor forma de cruzar es pegarte a un chino como una lapa.  El metro tenía las paradas muy lejanas y en comparación en Madrid a hora punta van dos gatos. 

Los atascos que se montaban eran brutales y los conductores en general unos kamikazes. Sin embargo, nos dijeron que tenía el mejor sistema de carreteras de China. Me hizo gracia saber cómo funcionaba el tema de los coches. Cada mes sólo se pueden matricular X coches nuevos y lo que se hace es una subasta de matrículas. Resulta bastante caro para su salario medio, y su precio va a variar en función de en qué número acabe. Si acaba en 5 o en 8 será carísima porque simbolizan el poder y la fortuna. La más barata acaba en cuatro porque simboliza la muerte. Para pedir la matrícula debes llevar al menos 5 años residiendo en Shanghai y si la tienes de otra ciudad no podrás conducir en hora punta. 


Por último, creo que merece la pena destacar los rascacielos. Dicen que Shanghai es la ciudad del futuro de China y es que ha crecido muchísimo en los últimos años y en la actualidad se pueden ver cientos de rascacielos en construcción. Creo que nada lo refleja mejor como la foto comparativa de su paisaje en 1990 y en 2010. Siempre ha sido una ciudad bastante cosmopolita y un puerto comercial importante y en la primera imagen se pueden ver los edificios históricos construidos por franceses, ingleses y americanos que estaban anclados en la ciudad a principios de siglo. Nos explicaron que muchos fueron destruidos en la guerra pero fueron restaurados posteriormente ,  la mayoría están cerca del paseo del río y se les reconoce por su estilo arquitectónico. Actualmente se ha convertido en la capital financiera de China y los nuevos edificios son fundamentalmente oficinas y apartamentos de lujo para la nueva clase alta que está emergiendo en la ciudad. Para demostrar su bonanza económica por la noche los iluminan en un espectáculo precioso, eso sí, a mí me parecía un derroche innecesario. 

El paisaje de la ciudad es espectacular, pero realmente no es un sitio en el que haya muchos monumentos que visitar. Nos limitamos a pasear y conocer las distintas zonas de la ciudad y algún templo budista. Otra zona curiosa de ver es un barrio en el que se han mantenido las casas tradicionales chinas y se conserva un jardín precioso en medio de la ciudad. Está lleno de tiendas de souvenirs y chiringuitos de comer pero aún así merece la pena. Nos contaron que fue un regalo de un funcionario a su padre para que pasara ahí su jubilación pero se murió antes. Se sabe que es de alto rango porque hay dragones, un animal que representa el poder y está reservado a la clase alta. Si alguien normal ponía un dragón en su casa se castigaba con la muerte.

MAÑANA: HANGZHOU